No deja de haberme sorprendido que en poco más de dos semanas se haya agotado la edición del libro publicado con Francisco Alvarez titulado "Orar en el duelo". Sí, estoy seguro de que es una necesidad social la de encontrar recursos frescos para la estación del duelo, para vivir el sufrimiento en clave relacional, con Dios al fondo, como nuestro íntimo interlocutor al que confiar sentimientos, experiencias, anhelos profundos... No es este un libro para "orar por los difuntos", sino para entrar en calor en la relación con Dios cuando el corazón está roto por la pérdida de un ser querido. Me alegra la segunda edición.

También creo que el desarrollo que está teniendo en nuestro contexto la reflexión sobre el duelo, se está produciendo en el contexto psicológico. Asistimos a diferentes modelos interpretativos del duelo, pero raramente se explora la dimensión espiritual. Por eso me atreví no hace muchos meses a escribir "Espiritualidad y duelo". Es que hay que entrar en este tema, lejos de los que manipulan a los débiles entregando voces de los espíritus de los difuntos, sea en la pantalla o en los teatros (que se están llenando). Cerca del corazón de las personas donde la dimensión espiritual queda "tocada" por la pérdida, pero también constituye un recurso para afrontar el sufrimiento del duelo. Ojalá hubiera más personas especializándose en intervención en duelo, por ejemplo en el posgrado en duelo de nuestro Centro, con esa apertura sana a la dimensión trascendente.

 

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