Los terribles delitos de abuso sexual a menores, de grandes dimensiones, reclaman una atención holística. Es insuficiente que los medios desvelen esta lacra en una institución (la iglesia por ejemplo) sin mirar a la sociedad en su conjunto: la familia, el ámbito educativo, deportivo... No es hacer honor a la verdad y no es ayudar.

El 90% de los abusos se producen en el seno de las familias. De igual modo, es insuficiente hablar de las víctimas. Es necesario hablar de sus relaciones, sus familias; así como de los abusadores y sus familias.

José Carlos Bermejo ha escrito un libro titulado "Doble drama. Humanizar los rostros de la pederastia". Propone, desde la experiencia, la necesidad de acompañar profesionalmente a unos y otros y humanizar los diferentes rostros de la pederastia. Sería una pena que en este tema, el protagonismo lo tuvieran los periodistas y su criterio, en lugar de la salud, la justicia, la urgencia de la prevención y el acompañamiento compasivo.

 

VOLVER