En el Centro San Camilo, José Carlos Bermejo investiga y estudia la esperanza, su naturaleza, en vistas a contribuir a su vivencia en 2025 en contextos de enfermedad y muerte. Chales Péguy, filósofo y teólogo de la esperanza escribe en "El pórtico del misterio de la segunda virtud":
La fe es algo que no me extraña, que no tiene nada de raro. Porque ¡brillo de tal manera en mi creación! En el sol, en la luna y en las estrellas, en todas mis criaturas. En los astros del firmamento y en los peces del mar, en las plantas y en los animales y en las bestias de la selva, y en el hombre, mi criatura.
La caridad, dice Dios, es algo que no me extraña en absoluto, que no tiene nada de extraño.
Estas pobres criaturas son tan desdichadas que, a menos de tener un corazón de piedra ¿cómo no iban a tener caridad las unas con las otras? ¿Cómo no iban a tener caridad con sus hermanos? ¿Cómo no se iban a quitar el pan de la boca, el pan de cada día, para dárselo a los pobres niños que van de puerta en puerta?
¡Y mi Hijo tuvo para con ellos una caridad tan enorme!
¡Mi Hijo, su hermano, les tuvo tanto amor!
Dios mismo se asombra de la esperanza
Pero la esperanza, dice Dios, esto sí que me extraña, me extraña hasta a Mí mismo, esto sí que es algo verdaderamente extraño.
Que estos pobres hijos vean cómo marchan hoy las cosas y que crean que mañana irá todo mejor, esto sí que es asombroso y es, con mucho, la mayor maravilla de nuestra gracia.
Yo mismo estoy asombrado de ello.
Lo que me asombra, dice Dios, es la esperanza, y no salgo de mi asombro.
Esta pequeña esperanza que parece una cosita de nada, esta pequeña niña esperanza, inmortal.
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