Es el texto que tradujo Arnaldo Pangrazzi y hoy circula en la red y José Carlos Bermejo lo incluyó en varios de sus libros. Hermoso desafío que pone en valor la escucha, sobre la que se enseña en el Centro de Humanización de la Salud San Camilo.
No te dejes engañar por mí. No te engañen mis apariencias, Porque son solo una mascara, tal vez mil mascaras, que me da miedo quitarme, aunque ninguna de ellas me represente.
Aparento sentirme seguro, que todo va de maravilla, tanto dentro como fuera, Aparento ser la confianza personificada, poseer la calma como una segunda naturaleza, controlar la situación y no necesitar a nadie. Pero no me creas, te lo ruego.
Exteriormente puedo aparecer tranquilo, Sin embargo, lo que ves es una máscara, debajo, escondido, esta mi verdadero yo, en la confusión, en el miedo, en la soledad. pero lo escondo. No quiero que nadie lo sepa. Me invade el miedo ante el solo pensamiento de mostrarlo. Por eso necesito constantemente crear una máscara que me oculte, una imagen que me proteja de las miradas. Pero precisamente esa mirada es mi salvación. Y yo lo sé. Mas, cuando viene acompañada del amor, de una aceptación, entonces se convierte en lo único que puede liberarme de mí mismo, del mecanismo de barreras que yo mismo he levantado.
Temo que tu mirada no venga acompañada de la aceptación, del amor. Temo, quizá que puedas torcer tu opinión sobre mí, Que no me tomes en serio y que tu sonrisa acabe matándome. Tengo miedo, en el fondo, de no valer nada, y de que tú te des cuenta y me rechaces. Te cuento todo lo que no cuenta nada y nada de lo que en verdad es importante, de lo que me atormenta por dentro.
Por eso, cuando descubras esta rutina, no te dejes engañar por mis palabras, escucha bien lo que no te digo, Lo que quisiera decir, lo que necesito decir, pero no logro expresar. No me gusta esconderme, te lo confieso. Me encantaría ser espontáneo, honesto y sincero, pero tienes que ayudarme. Por favor tiéndeme tu mano, aunque parezca ser lo último que deseo. Siempre que tratas de comprenderme, porque me quieres, mi corazón palpita fuerte y renace. Quiero que sepas lo importante que eres para mí y el poder que tienes de hacer emerger la persona que soy. Tan solo tú puedes derribar las barreras tras las que me refugio, tan sólo tú puedes quitarme la máscara, tan sólo tú puedes liberarme de mi pequeña y solitaria prisión. No me ignores, por favor, no pases de largo. Ten paciencia conmigo. A veces parece que, cuanto más te acercas, tanto más me rebelo contra tu presencia, Es irracional, pero es así... Lucho contra lo que necesito. Pero el amor es mas fuerte que toda resistencia, y esa es mi esperanza, la única esperanza que me queda. Ayúdame a derribar estas barreras con tus manos fuertes, a la vez que delicadas y suaves, Porque un niño es siempre algo muy frágil. ¿Quién soy yo? Soy alguien a quien conoces muy bien... Soy cada persona que encuentras. Soy tú mismo.
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