Es una experiencia multiforme. En él recordamos con dolor, fraguamos el rencor, vemos a nuestros peores demonios y les damos de comer... así como en el silencio recordamos con gusto, descansamos, contemplamos, damos paso a otros sendos, saboreamos, nos disponemos al encuentro. Es tan necesario para el encuentro empático basado en la escucha, como importante es escucharle en medio del discurso del otro. El silencio hay que entrenarlo para aprender a escuchar, que es un verdadero arte. Es lo que cuenta José Carlos Bermejo en estos minutos de radio en la Cadena SER (Escuchar audio)
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