He estado en Nicaragua y he tomado apuntes.
Un pequeño País de América Central. No tan pequeño, con cinco millones de habitantes. El segundo más pobre, después de Haití.
Una interesante y apasionada iniciativa de formación para la humanización de la salud, liderada por el santanderino español P. Marcelino Arce, me ha llevado a Nicaragua. Ya había estado en un encuentro lationamericano sobre Sida en el 2001. Y he tomado apuntes. Pocos. Por ejemplo he apuntado, de boca del Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad Americana (UAM), que el 40,5% de la población no tiene agua potable en casa. El 60% de los hogares hondureños cocinan con leña. Tienen 1 médico por 2.500 habitantes en relación a 13 médicos por la misma población en España. Tienen 1 cama de hospital por cada 1.000 habitantes en relación a 3,2 en España.
No sé si debería haber cogido más apuntes en la primera conferencia de las Jornadas de Humanización en las que yo también he impartido conferencias sobre este tema. En todo caso, otros apuntes los han cogido mis ojos, que han contemplado las características de la vivienda en Managua. La mayoría con una mera chapa en el tejado, muchas de madera, otras sencillas construcciones bien pobres. Mezcladas, eso sí, con grandes mansiones con sus hermosos jardines y numerosos empleados para la servidumbre.
El paso por los insidiosos procedimientos de inmigración en Miami simplemente para hacer conexión, añade un pequeño apunte a la realidad vivida en una semana que, de ser contada por otro, casi me parecería una novela o una película de ficción. ¡Que Dios se apiade de nosotros y nos inspire genuina compasión para trabajar por la justicia! ¡Queda tanto por hacer! No sé si vamos por el camino adecuado...
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