En un mundo de ordenadores, smarphones y tablets, vivir al margen del mundo digital es realmente difícil. La realidad de la muerte no puede ignorar el papel que cumplen estos elementos esenciales de la cibercultura en la experiencia con cuanto rodea a la muerte.

La generalización del uso de las nuevas tecnologías de la información y las redes sociales digitales en la vida cotidiana de las personas, va abriendo posibilidades como "cementerios digitales'', "cuentas in memoriam", "testamentos digitales'', "ritos cibermortuorios'', "obituarios digitales", etc.  En tiempos de pandemia por coronavirus, el uso de todas estas posibilidades ha cambiado significativamente, no solo aumentando, sino tomando otro sentido, al ser, en parte, el único modo de intercambiar condolencias, debido al cierre de tanatorios y prohibición de ritos fúnebres y de encuentros de más de unas pocas personas.

 

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