Los cristianos celebramos que Dios se encarnó, se humanizó. Esta celebración es para nosotros una oportunidad más para tomar conciencia de lo que podemos hacer con el calor del corazón puesto en las manos, repartido a nuestro alrededor. Es una oportunidad más para que nazca un Ñino es ese espacio íntimo que nos inspira las cosas más importantes de nuestra vidas: el corazón.
Ojalá que la sabiduría del corazón, del corazón que ve, nos haga merecer a todos el nombre de personas vinculadas y seguidoras de San Camilo de Lelis, que encarnó la Buena Noticia en su relación con los enfermos y sufrientes en el siglo XVI. Hoy, al celebrar el IV Centenario de su muerte, queremos seguirlo nosotros, juntos, humildemente, buscando también la salud y la transparencia en el modo de hacerlo.
Que la celebración del nacimiento de quien, en último término, todo lo inspira: Jesús de Nazaret, nos ayude a seguir trabajando apasionados por la compasión en el sufrir.
Un abrazo. José Carlos Bermejo
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