Escuchar un cuento es saludable, genera bienestar, contribuye al equilibrio emocional, provoca relajación y, en muchas ocasiones, invita a mirarse a sí mismo dejándose interpelar por su provocación ética.
Circulan por el mundo como regalos, como medios para provocar la reflexión personal y el trabajo en grupo, para contribuir a generar salud en el corazón y en las relaciones. Niños, jóvenes y mayores podemos saborear un cuento, con su particular melodía, que nos hablará siempre de cosas importantes para la vida y nos puede abrir a valores genuinamente nobles y saludables.
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