¡Estéril alternativa! Durante un tiempo nos hemos empeñado en distinguir y buscar matices y casi definir lo específico o primordial de médicos y enfermeros. Casi sin darnos cuenta, hemos generado un posible barrizal del que, para salir, hay que tirar del verbo humanizar.
Probablemente podamos decir que curar, o promover los procesos curativos, no sea más que una forma más de cuidar. En la raíz está el cuidado. En el cuidado nos va la vida.
La ética del cuidar que algunos propugnan es una recuperación reflexiva y teórica innovadora, que da el justo valor a tantos gestos humanos de ternura y delicadeza en la atención diligente y esmerada a las personas en situación de fragilidad.
El arte de cuidar, y de hacer del cuidado algo bello, se concreta en actitudes y prácticas que combinan la ternura con la profesionalidad.
Somos, al fin y al cabo, unos responsables de otros. De nuestra compasión recíproca depende la salud y la vida.
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