Ante la situación de pandemia que estamos viviendo en escala mundial Religión digital recenciona una reflexión de José carlos Bermejo sobre el cuarto voto que profesan los religiosos camilos en el servicio a los enfermos:
"Los camilos hacemos voto de 'cuidar a los enfermos incluso con peligro de la propia vida'"En la fórmula de la profesión religiosa de los religiosos camilos y camilas, desde tiempos del Fundador (siglo XVI), hacemos voto solemne de "cuidar a los enfermos incluso con peligro de la propia vida". Es una herencia que ha marcado la radicalidad de la opción religiosa camiliana al servicio a los enfermos sin límites. En tiempos de San Camilo era comprensible para garantizar el cuidado a los apestados. Hoy este cuarto voto lo veníamos viviendo como señal de fidelidad a los enfermos, aunque los riesgos en clave de la propia salud, no fueran visibles a primera vista.
El cuarto voto de los camilos no era una excepción a finales del siglo XVI para los religiosos, pero en los camilos se convirtió en la misma razón del Instituto, definiendo el compromiso con la Iglesia y la sociedad. Este voto, pues, es el carné de identidad de la Orden, no algo añadido, sino algo determinante y constitutivo. En la historia, este voto esencial (no añadido) es razón de ser de la propia consagración.
A la muerte de San Camilo, la Orden contaba con más de 300 seguidores. Entre 1582 y 1656, 223 religiosos constan como muertos en este servicio caritativo. También en España, en tiempos de peste, fallecieron religiosos camilos.
Hoy este compromiso radical por cuidar aún con riesgo está muy impregnado en el ADN de los profesionales sanitarios y de otros profesionales de las intervenciones en crisis. Es una forma genuinamente humanizadora de definir lo mejor de nuestra condición de personas.
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