Los profesionales de San Camilo tocan la flauta y danzan mientras se respira sensación de ánimo para acompañarnos y ayudarnos efectiva y afectivamente. José Carlos Bermejo también escribe sobre la esperanza:
"Verdad y esperanza pueden convivir. La esperanza se vive en las relaciones, se infunde, se acompaña, se nutre. Su contenido se resignifica progresivamente. El modo privilegiado de compartir la esperanza es la narración. El sufrimiento no es debido solo a la situación real, sino también al futuro que se cierra en la mirada del que no nombra aquello en lo que puede confiar.
Nombrar el propio coraje, la confianza en los otros, compartir las desesperanzas de unos y otros, negociarlas ajustándolas realísticamente a lo que se puede construir individual y colectivamente, refuerza la esperanza.
El niño confía siempre en la madre a la que se agarra, a ella entrega la clave de la necesidad de esperanza, además de a su fuerza para agarrarse. Así también, entre los adultos, unos y otros podemos hacer de madre que abraza, además de niño que busca dónde abrazarse. También en la soledad puede haber esperanza. Hay agarraderos en uno mismo, en el corazón, la memoria, en la dimensión trascendente. No es una actitud pasiva, sino operante y sanadora para reforzar el ánimo en la travesía de la adversidad.
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