Otorgado por el Club de Excelencia en la gestión, el Centro de Humanización de la Salud ha recibido el premio a a excelencia de la pequeña y mediana empresa. Lo ha recibido Cristina Muñoz, responsable de calidad. El director del Centro, José Carlos Bermejo, en sus declaraciones al respecto, ha dicho que ser excelente en algo es un desafío ético que tiene que ver con practicar las virtudes, realizar los valores. La excelencia no es un suceso que se logra una vez, sino un hábito que se cultiva. Ser reconocido como excelente en algo es ser mirado con reconocimiento por observadores y evaluadores que buscan el bien realizado, las virtudes encarnadas, aunque no en la perfección, sino en la tensión hacia niveles que generan alguna admiración y, en todo caso, que se hacen apetecibles y se desean.
La excelencia en una organización habla de suma de potencialidades, de valores, de disposición al cambio y a la mejora, de aceptación de la humildad en relación a los ideales y de mucha pasión por tender hacia el bien sumando. Hablar de excelencia es hablar de encuentro de valores encarnados limitadamente en los individuos, pero multiplicados en el encuentro interpersonal.
Ser excelente en gestión de una pequeña organización requiere una mirada muy reconocera de la trayectoria del pasado y reconcedora del legado recibido de los que nos han precedido, tanto en el pasado reciente como en el remoto. El Centro de Humanización San Camilo debe mucho a la pasión por difundir la cultura humanizadora de quienes nos han precedido en la Orden de religiosos camilos, como también en quienes apostaron por el Centro Asistencial de Tres Cantos (Madrid). La formulación de la excelencia en los cuidados fue hecha por San Camilo al exhortar a "cuidar como lo haría una buena madre con su único hijo enfermo" y poniendo "el corazón en las manos". Este potencial virtuoso se tradujo en Camilo en el cuidado humanizado que apasionó a un gran número de personas y en el empeño por crear una "nueva escuela de caridad" para contribuir a la humanización de la asistencia en el sufrimiento.
Ser reconocido como excelente en una organización pequeña, es también un gran desafío de futuro. Comporta estar abiertos al cambio para que el espíritu que alimenta el presente pueda mantenerse vivo y encarnarse de maneras nuevas y actuales en momentos por venir. Significa comprometerse por gestionar el conocimiento generado desde la experiencia, someterlo a análisis de validez y eficiencia y tener miras nobles y transparentes para seguir adelante deseando dejar un testigo que pueda tomarse en el futuro.
Gestionar de manera excelente tiene sabor a solidaridad con los protagonistas de la misión. En el Centro de Humanización de la Salud, nuestra solidaridad quiere serlo genuina, para con quienes sufren, particularmente al final de la vida y en duelo, así como para con quienes se comprometen a alivar y acompañar sufrimiento. Conjugar el verbo humanizar es un compromiso que puede hacernos felices y contribuir a la construcción de un mundo más humano.
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