“Los Cuidados paliativos son eficientes para el sistema sanitario", recuerda Bermejo.
El partido socialista registró el pasado jueves en el Congreso de los Diputados una proposición de ley orgánica para legalizar la eutanasia en el sistema público de salud. Alegan que esta propuesta obedece a una demanda de la opinión pública, puesto que ocho de cada diez españoles opinan que hay que regular esta situación. “No, no lo creo que lo pidan tantas personas”, afirma a Religión Confidencial José Carlos Bermejo, director del Centro de Humanización de la Salud.
“La presente ley pretende dar una respuesta jurídica, sistemática, equilibrada y garantista a una demanda sostenida de la sociedad actual como es la eutanasia”, encabeza la propuesta del PSOE.
Según la iniciativa socialista la eutanasia “significa etimológicamente buena muerte y se puede definir como el acto deliberado de dar fin a la vida de una persona producido por voluntad expresa de la propia persona y con el objeto de evitar un sufrimiento”.
Confusión terminológicaPara José Carlos Bermejo, religioso camilo, el problema radica en que hay “mucha confusión terminológica. La verdadera necesidad es la de "alfabetización ética" en torno a los problemas éticos del final de la vida”, afirma a RC.
Explica que en el Centro de Humanización de la Salud han realizado estudios que “muestran confusión en los términos y espacios borrosos entre eutanasia, suicidio asistido, limitación del esfuerzo técnico y sedación. Necesitamos acciones formativas, medios que ayuden a clarificar y que comuniquen con rigor”.
No tiene que estar en sus días finalesSegún esta ley, el paciente no tiene por qué estar en sus días finales de vida, sino que tiene que tiene que tener alguna dolencia o sufrimiento que le hace insostenible seguir viviendo. Para el secretario de Justicia y Nuevos Derechos del PSOE, Andrés Perelló “la eutanasia empieza donde la muerte digna termina”.
“Este punto de partida es discutido para hablar de eutanasia, si conceptualmente hay que reservarlo al final de la vida o también a dolencias vividas en clave de sufrimiento insostenible”, explica Bermejo.
Para el director del Centro de Humanización, “lo que es difícil de sostener es ese concepto de muerte digna. Morirse es propio de la dignidad del ser humano. No se muere dignamente solo cuando se decide cuándo. También es propio de la dignidad humana respetar el curso de la naturaleza y centrarse en paliar los síntomas que producen malestar cuidándonos y viviendo el proceso del morir”, explica.
Frente a esta ley, Bermejo tiene otra propuesta: “Los Cuidados paliativos se están desarrollando progresivamente en las Unidades y los Servicios a domicilio, aunque no se cubren todas las necesidades. Es obvio que no son caros. Son eficientes para el sistema sanitario. Ahorran dinero ante otras posibilidades que por cultura o falta de cultura se dan en la realidad, como procesos pretendidamente curativos cuando lo que tocaría sería paliar”.
Construir la cultura paliativaPara el religioso camino, al hablar de paliativos hay que pensar también en lo que esto significa de cultura, no solo de servicios sanitarios. “Y la cultura paliativa está todavía en parte por construir en la ciudadanía, en los profesionales de la salud... Esta es una urgencia mayor: cultivar una sana actitud de cuidado integral a las personas con enfermedades avanzadas y sus familias y cuidar los que cuidan”.
Por último, lanza una advertencia: “La OMS recomienda no empezar la casa por el tejado y empeñarse más en planes, programas y servicios de cuidados paliativos que caminar por la vía de la despenalización o legalización de la eutanasia. Una cultura de los cuidados podría ayudarnos a dar respuesta a la mayoría de las cuestiones que se plantean al final de la vida y humanizar la asistencia en estos momentos”.
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