El optimismo es como contemplar un horizonte despejado y nítido, donde la claridad revela una visión sin obstáculos. Es como eliminar la suciedad invisible que podría enturbiar nuestra perspectiva. Al abrazar el optimismo, evitamos distorsionar ni el presente ni el futuro; en cambio, nos sumergimos en la alegría de hablar, cantar, bailar y practicar deportes, expandiendo nuestra mirada con amplitud y confianza en cada paso que damos hacia adelante.
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