El dinamismo del agradecimiento hace bien al corazón. Hacerlo -individual y colectivamente- es el resultado saludable de una mirada positiva sobre todo lo que recibimos cotidianamente a lo largo de nuestra vida.
Quienes oran en clave de acción de gracias, salen de sí, se proyectan hacia Dios en clave de reconocimiento, de memoria del corazón, de expresión de bienestar ante lo bueno que -sin merecerlo- nos llega.
Cultivar el agradecimiento es un ejercicio de apuesta por la salud. Hacerlo en clave de oración, humaniza al orante, produce bienestar y genera paz en la intimidad y en las relaciones con los demás y con el mundo.
Son las claves contenidas en las 150 oraciones del libro "Gracias por la vida. Oraciones que humanizan", publicado en la editorial Sal Terrae en este fin de año. Un posible regalo en tiempos navideños que puede hacer bien a quien lo reciba y a quien lo regale.
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