La encíclica de papa Francisco, promulgada en octubre de 2020, trata también el tema de la amabilidad.
Podría parecer que la amabilidad y su cultivo fuera un detalle menor o una actitud superficial o burguesa. En el documento se llama la atención ante esto diciendo que es de suma importancia.
La amabilidad expresa un estado de ánimo que no es áspero, rudo, duro, sino afable, suave, que sostiene y conforta.
La persona amable ayuda a los demás a que su vida les sea más soportable, sobre todo cuando cargan con el peso de sus problemas y angustias.
Supone valoración y respeto. Cuando se hace cultura en una sociedad, transfigura profundamente el estilo de vida, las relaciones sociales, el modo de debatir y confrontar ideas. Facilita la búsqueda de consensos y abre caminos donde la exasperación destruye todos los puentes. (Fratelli tutti, 224).
La amabilidad tiene mucho poder para humanizar el trato en los espacios donde se juega la salud.
VOLVER