Un hallazgo es caer en la cuenta de que en tiempos de San Camilo de Lelis, según su biógrafo contemporáneo Sancio Cicatelli, se planteaban problemas semejantes a algunos de hoy, como la alimentación y nutrición en algunas situaciones al final de la vida. José Carlos Bermejo ha publicado un libro recientemente sobre el tema, titulado: "No quiero sufrir", en Sal Terrae.
Cicatelli dice:
"Muchos eran los que fallecían en sus propios lechos (…) sofocados por los propios parientes al llenarles la boca con excesivo alimento o demasiada bebida; en especial, cuando los pobres agonizantes padecían catarro o calentura y cualquier mínima cosa era bastante para sofocarlos (…). A pesar de ello, muchas mujeres sencillas, obstinadas, no lo querían entender y, bajo pretexto de celo o afecto, les metían cualquier cosa en la boca, no dándose cuenta de que en vez de aliviarlos los mataban; convirtiéndose de esta manera en verdugos de sus propios maridos e hijos (…) Pero lo peor era que en este error no solo caían las mujeres sencillas, sino también muchos párrocos y no pocos religiosos, por no tner práctica ni experiencia en acompañar a morir”. (Cicatelli, p. 112)
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