El mensaje de Francisco para la 56 Jornada Mundial de las comunicaciones sociales, publicado el 24 de marzo, lleva por título "Escuchar con los oídos del corazón".
La escucha corresponde al estilo humilde de Dios. Es, en el fondo, una dimensión del amor. El evangelista Lucas reclama: "Presten atención a la forma en que escuchan" (Lc 8,18). Solo prestando atención a quién escuchamos, qué escuchamos y cómo escuchamos podemos crecer en el arte de comunicar, cuyo centro no es una teoría o una técnica, sino la capacidad del corazón que hace posible la proximidad", dice Francisco.
Todos tenemos oídos, pero muchas veces incluso quien tiene un oído perfecto no consigue escuchar a los demás. Existe realmente una sordera interior peor que la sordera física. La escucha, en efecto, no tiene que ver solamente con el sentido del oído, sino con toda la persona. La verdadera sede de la escucha es el corazón, escribe el Papa.
La primera escucha que hay que redescubrir cuando se busca una comunicación verdadera es la escucha de sí mismo, de las propias exigencias más verdaderas, aquellas que están inscritas en lo íntimo de toda persona.
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