Es galopante el proceso de digitalización. Y no solo abre una brecha llamada digital, que deja a los pobres atrás. Abre también, en el proceso educativo, una brecha que deja atrás a muchos torpes sociales, analfabetos relacionales, con mucha dificultad para la comunicación "cuerpo a cuerpo". No ya en la intimidad física -que también-, sino en la relación humana en la que todo empieza por la escucha, por la mirada, por la proximidad de los cuerpos que se oyen y se miran y así se "auscultan" comprendiéndose empáticamente.

Urge reforzar movimientos de educación en aquello que cualifique, entrene y supervise el arte de escuchar, el arte de generar encuentros de cuerpo presente, con habilidades de empatía cognitiva y racional, la que termina traduciéndose en conducta comprensiva y compasiva.

Máster en counselling, máster en intervención en duelo, diplomado en cuidados paliativos, en acompañamiento espiritual... son bienvenidos como recursos para humanizar. Se entrena para el encuentro en la proximidad, en la presencialidad, donde las orejas son sagrados medios para recoger el corazón roto de quien sufre.

Bienvenida formación para alfabetización para el encuentro personal y de ayuda que humaniza.

 

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