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Aprender la prudencia
Parecía una crisis superada. Los supervivientes reponiéndonos de las secuelas. Todos buscando una normalidad, como quiera que se llame, un retorno al punto de partida, tras las pérdidas, una espera de un duro momento relacionado con las costumbres de infecciones propias de los fríos europeos... Y sin embargo, estamos desafiados a aprender la prudencia y a reinventarnos. Las actividades que se prevían ser retomadas, se congelan. Inventarse de nuevo no es adaptarse. Requiere soñarse en un nuevo escenario y pensar quién y como puedo ser yo, individual y comunitariamente: aprender la prudencia para proteger la vida.