En la línea de la búsqueda de trascendencia como factor de protección ante el duelo, investigaciones recientes proponen términos como esta expresión: “afrontamiento religioso”. En efecto, sobre la mediación positiva de una sana espiritualidad en el desarrollo del duelo existe literatura, como decimos, mostrándose los aspectos positivos desde la teoría del apego de Bowlby, cuando el apego a Dios, con una dinámica similar al apego experimentado en la infancia hacia la madre, media en el afrontamiento religioso y es positivo o seguro. La búsqueda de significado después de la pérdida también media en la experiencia de duelo. Puede llevar a crecimiento postraumático o cambios positivos significativos y sostenidos en los compromisos y objetivos vitales.
A través de sus investigaciones, algunos autores constatan que los diversos estilos de afrontamiento religioso espiritual promueven también efectos positivos en la salud mental de las personas religiosas. Es obvio que la fe religiosa promueve actitudes de esperanza, cambio y curación; ya que la religión- a través de la fe- brinda una sensación de control y de autodeterminación personal que resulta promotora de la salud mental.
Las personas religiosas cuentan con creencias y prácticas del credo al que adhieren y en el que participan, el cual provee de valores y significados útiles para orientar la vida y para atribuir sentido a los sucesos negativos que debemos enfrentar. Por otro lado, tener creencias hace contar con el apoyo de clérigos y pares espirituales, lo que colabora reforzando la visión del mundo. Las personas creyentes y practicantes podemos hacer uso de recursos religiosos espirituales como también de otras alternativas de afrontamiento no religioso que nos permiten afrontar situaciones negativas como la pérdida de un ser querido.
El concepto de afrontamiento religioso espiritual, basado en la teoría del afrontamiento de Lazarus y Folkman, otorga especial importancia a la cosmovisión y al sistema de creencias de cada individuo, y a la función de estos para orientarse en el mundo y en las situaciones específicas de la vida cotidiana. El afrontamiento a través de las creencias ayuda a las personas a orientarse en la realidad al brindar conceptos sobre el mundo y la realidad personal e interpersonal. Existen mecanismos de afrontamiento emocional, conductual y social; pero las creencias tienen mayor influencia debido al impacto que producen sobre los sentimientos, sobre la evaluación de estos y sobre las elecciones de la vida personal de cada sujeto.
Las creencias sirven, en general, para vivir en el mundo con un sentimiento de mayor confianza y seguridad. Las creencias espirituales son los medios principales de afrontamiento cognitivo de la realidad, ya que las capacidades de la mente y del espíritu orientan a las personas dentro de su realidad, dando sustento al sentido que prima en su vida. Las creencias espirituales relacionadas con temas como la vida, la muerte, el proceso de morir, el sentido de la vida, Dios, la inmortalidad y con valores significativos orientan a los hombres en su modo de vivir. Existe una vasta literatura donde se destacan los efectos salutogénicos de la religión y la espiritualidad. Sin embargo, cabe mencionar que cierto tipo de creencias y/o experiencias religiosas o espirituales pueden actuar produciendo efectos negativos en la salud y en el bienestar en general.
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