Sí, sí, ¡qué bien que tomemos conciencia de este mal tan perverso, para humanizar nuestro mundo. Pero no solo existe donde tendencialmente se coloca. Parece que de él solo están tentados los jefes, los líderes, los gobernantes, los pastores.
En cualquier equipo, de manera maquiavélica, puede ser tentado de abuso de poder cualquier miembro. Lo hace quien, aprovechándose de la Organización, retira beneficios particulares (roba). Lo hace quien, faltando a la transparencia, oculta información que limita la responsabilidad de otros. Lo hace quien, sibilinamente, recorta la libertad de los miembros de los equipos (manipulando documentos, textos, haciendo decir lo que el otro no dijo)…
Es cómodo acusar de abuso de poder colocándolo sobre las cabezas de líderes y jefes. Es tan cómodo que abre camino a que este se lleve a cabo por parte de esas otras “cabezas” que tienen dificultades con su autoestima, son arribistas o, sencillamente trepas. No, no humanizan. A veces, se presentan con piel de oveja.
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