Son especiales los domingos en San Camilo. Un grupo de voluntarios regalan caricias. Solo eso: acarician las manos, con música de fondo, en un hermoso salón de la Residencia San Camilo. Terapia que reconoce la dignidad: la de los mayores que son acariciados y la de los que acarician, y la de quienes lo promueven, diseñan y coordinal.
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